Brito y Ballotta cuando iniciaron la reconstrucción económica de River Plate |
Brito y Ballotta cuando iniciaron la reconstrucción económica de River Plate |
Hace exactamente 36 días, luego de empatar sin goles con Defensa y Justicia de visitante y Atlético Tucumán de local, Gallardo pidió "agresividad" en el mercado de pases. Se lo notaba incómodo en la respuesta pero el dardo a la Dirigencia era preciso y sin vueltas.
Para completar el panorama, menos de dos semanas después, vendieron a Enzo Fernández. Faltaban 5 días para jugar la ida de la Libertadores contra Vélez mientras la Dirigencia seguía negociando con Borja y deslizaba que Luis Suárez, de vacaciones, podría llegar luego de octavos.Escuchen a Gallardo después de la segunda fecha del campeonato, 17 días antes de jugar la ida contra Vélez. pic.twitter.com/BB307D3u1s
— Politica en River (@PoliticaEnRiver) July 18, 2022
"Podía incorporarse recién en cuartos y especulamos con eso, creíamos que era lo mejor. Tomé los riesgos y me hago responsable", @JorgeBrito pic.twitter.com/qNq4wQboRA
— Politica en River (@PoliticaEnRiver) July 12, 2022
Rodolfo D'Onofrio (Foto: STC) |
Camiseta de River Axion Energy |
Querido bostero,
Desde que jugamos con la pulpo en la calle armando arcos con abrigos y discutiendo si la pelota entró o no por ese palo imaginario, festejábamos los goles de la final del mundo. No la final del mundial. Para nosotros dos, esa final no define nada.
El sueño del pibe era meter un gol en el último minuto para definir la final más grande. Había un antecedente allá perdido pero era por un torneo para el que hay chances todos los años. Y no se sueña algo posible.
Cuando me fui a la B, te burlabas. No podías creer que había pasado. Yo tampoco. Pero tu festejo no era completo. Vos no lo habías causado y aunque faltaba algo, te conformaste con eso.
Eliminarte en la Sudamericana y en la Libertadores ganando ambas fue espectacular pero ahora era yo al que le faltaba algo. No te voy a mentir.
Se dio la Supercopa. Me tomé revancha de Suñé. Te había ganado lo que había soñado. Bueno, casi. Porque sabemos que vos y yo festejábamos los goles de la otra final, no esta que es local.
Vamos a decirlo claro, nuestro el sueño era ganarle al otro la Libertadores, lo máximo en lo que podíamos cruzarnos. Si hubiese habido una copa más importante, no estaría escribiendo.
Antes, para que juguemos la final, tenía que haber tres argentinos en semis porque sino nos cambiaban la llave para eliminarnos entre nosotros. Cuando esa regla fue historia, las chances crecieron un poquito, pero dale...
En el sorteo de octavos, la final todavía era un sueño. Octavos y Cuartos hicieron crecer la expectativa. Pero cuando llegamos a semifinales vos y yo empezamos a dormir mal. Hasta lo charlamos, te acordás?
Después del primer partido, vos con una buena ventaja y yo con perdiendo de local, te vi un poquito más relajado. Confiabas que no pasaba y, vamos a decir la verdad, te daba un cierto alivio.
Pero el destino es caprichoso y entraste a la cancha en Brasil sabiendo que te esperaba en la final. Y ya está. A esta altura, no se puede arrugar. La final era una realidad.
Escuchamos a muchos diciendo que fue la final más larga del mundo por todas las postergaciones. No señores. Fue la final más larga del mundo porque la ansiedad estiraba cada una de las horas, minutos y segundos. Cuando sonaba el depertador a la mañana tachábamos mentalmente un día pero la ansiedad crecía aún más. Habíamos esperado toda la vida.
En el potrero, se festeja la derrota ajena pero eso no se compara con ser uno mismo quien derrota al otro. Ser quien provoca el estigma. Vos y yo sabíamos que lo más importante no era ganarla sino no perderla.
Esta final era tan imposible que ambos sabíamos que el que perdía, ya no iba a estar más a la altura del otro. No quiero cargarte porque no quiero imaginar lo que se debe sentir. Pero todos saben que hay algo que nunca vas a poder refutar.
Dejaste de ser grande.
Guillermo con la copa robada luego del empate 2 a 2 |
Mauricio Espinosa, el línea que pidió Boca para la final |
La tarea de los jueces es compleja, ¿hay necesidad de complicársela aún más designando como 1er línea a Espinosa y 4to árbitro a Martínez, en el partido más importante del año? No se entiende.— Alvaro Paz #18.572 (@PAZBOLSO) 18 de octubre de 2018
Gallardo y D'Onofrio, una sociedad (Ph: Clarin) |
Dicen que para los entrenadores, su éxito, al margen de los títulos, radica en que su equipo juegue como ellos quieren. “El Chacho” en poco tiempo logró transmitir su idea de juego en la Academia y se transformó en un rival que pocos quieren enfrentar. Dinámica, buen juego, respeto por la pelota, variantes para atacar y convencimiento de lo que hacen. Este es el análisis del Racing de Coudet:
El inicio de la generación de juego
La principal apuesta es atacar y defender con la pelota, con la intención de que el partido se juegue en campo contrario. Para eso, es necesaria una salida limpia desde el inicio de la jugada y posicionar jugadores a distintas alturas del campo para generar espacios. Racing obtiene la amplitud con los laterales desplegados y como ejes del inicio de la jugada a la dupla central Donatti y Sigali, junto a los medios, Domínguez y Cardozo. Estos jugadores aportan claridad y calidad para encontrar el callejón de pase que se genera y la aptitud para avanzar con pelota dominada para romper líneas y abrir al rival. En el último semestre de los 22 partidos que jugó, en 21 completó más pases que el rival y en 16 remató más que su oponente.
El rol de los laterales
Para los equipos que intentan ser protagonistas y se basan en el juego de posición y posesión, es indispensable tener amplitud para generar espacios. La gran mayoría utiliza extremos para que cumplan esa función que requiere cierto sacrificio, el jugador debe entender que no siempre va a estar en contacto con la pelota cada vez que su equipo ataque. En Racing, la amplitud se la dan los laterales: Soto y Saravia no llegan al fondo en todas las jugadas, pero sí se despliegan siempre al ataque para que los delanteros y volantes ofensivos encuentren el espacio a espalda de los volantes rivales para así lograr superioridad numérica en el último tramo de la cancha.
Presión
Para tener más tiempo la pelota que el rival es necesario recuperarla rápido, más con los jugadores desplegados en ataque, los centrales defendiendo lejos del arco y el equipo compacto en pocos metros del campo. Si hay una palabra que encaja perfecto en el primer semestre del Racing de Coudet es “intensidad”. Tanto en Rosario Central como en la Academia, los equipos de “El Chacho” se caracterizaron por la presión alta y constante para intentar recuperar la pelota tras pérdida y desactivar rápido cualquier intento de contra golpe del rival. En el primer semestre, Racing ganó la posesión del balón en 19 de sus 22 partidos.
Repliegue y organización defensiva
Cuando la presión alta no es efectiva, el objetivo es temporalizar el avance del rival para lograr rápidamente pasar la línea de la pelota y armarse nuevamente en defensa. Pero esta faceta no es la mejor de la Academia, los únicos 3 partidos que el rival le sacó la pelota (Vélez, Estudiantes y Cruzeiro en Avellaneda) fueron las peores actuaciones del conjunto de Coudet. Cuando no tiene la pelota y no logra ejercer la presión alta, el retroceso y armado defensivo no es el ideal. Algo normal en un equipo hambriento en ambiciones de ataque.
Errores en salida
Destacamos la importancia del juego de los centrales con los volantes más la amplitud de los laterales a la hora de armar el juego. Ahora, si el equipo pierde la pelota cuando sale jugando queda totalmente expuesto y es algo que a Racing le ha ocurrido en algunos partidos. Los duelos contra Cruzeiro y principalmente en el que perdió contra River en el Cilindro, padeció esas acciones. Los dos goles del equipo de Gallardo vinieron primero por un error de Musso y el segundo por una eficaz presión de Martínez en el medio para que luego Palacios defina mano a mano contra el arquero.
El equipo de Gallardo conoce perfectamente lo que es jugar este tipo de partidos y llega de la mejor manera al duelo contra la Academia. Racing vs River será, sin ninguna duda, uno de los mejores partidos que nos ofrecerá la Copa Libertadores.
Flamengo fue goleado en el último partido |
El caso Alario exhibe el grado de indefensión del fútbol Latinoamericano ante el poderío económico de los clubes europeos.
El talento es nuestro. Son futbolistas argentinos, brasileños, colombianos, uruguayos los que transforman un deporte de velocidad y fuerza en el arte de lo imprevisto y despiertan el interés del público a nivel mundial.
Los clubes europeos crecieron económicamente vendiendo el espectáculo deportivo, recaudando a través de los contratos de TV, de marketing, merchandising, entre otros. Supieron interpretar la trascendencia económica de la transmisión satelital y su efecto multiplicador.
Los clubes latinoamericanos, en cambio, ejecutaron la política de "engorde", denominación que le asigné hace años a la venta sistemática de futbolistas como instrumento de recaudación. Fue un símil de la política ganadera. Formar jugadores y venderlos. Total en nuestra tierra el talento se renueva.
Este modelo de desarrollo económico latinoamericano se pensó (¿se pensó?) bajo el amparo de Estatuto Jurídicos (Convenciones colectivas de trabajo) que consagraban al vencimiento de los contratos entre los clubes y los futbolistas, su renovación automática por otros 2 años. Recién al vencer esta prórroga el futbolista quedaba en libertad de contratar con el club de su preferencia.
Las controversias eran resueltas ante la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) quienes a partir del LEADING CASE BUENO Y RODRIGUEZ C/ PEÑAROL DE URUGUAY declararon la invalidez del "paraguas protector" y otorgaron preeminencia a la libertad contractual y a la libertad de trabajo, al punto de admitir la rescisión unilateral de los contratos por parte de los futbolistas.
La FIFA se limitó a reglamentar la extinción de los contratos, consagrando diferentes consecuencias según fuera por voluntad unilateral o de común acuerdo, con justa causa o sin ella, dando prevalencia al desistimiento unilateral sobre el principio del pacta sunt servanda, de modo que lo pactado ya no obliga al futbolista.
Las consecuencias jurídicas de la extinción de los contratos difiere según se produzca de común acuerdo o por voluntad unilateral de una de las partes. En este último supuesto se establecen limites y sanciones (artículos 16, 17 y 18 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA).
Por ello adquiere relevancia el sentido y alcance de las denominadas "cláusulas de rescisión".
Estas pueden interpretarse - con distintos efectos jurídicos- como 1º) una cláusula penal, o 2º) una obligación facultativa.
La cláusula penal cumpliría tres funciones: a) garantizadora (asegura el cumplimiento del contrato), b) resarcitoria (avalúa anticipadamente los perjuicios derivados del incumplimiento) y c) punitiva (contempla una pena privada que debe sufrir la parte incumplidora).
La obligación facultativa, en cambio, tiene una prestación principal y otra accesoria. El club solo puede exigir la principal, pero el jugador puede liberarse cumpliendo la accesoria.
En el primer caso la extinción del contrato es por voluntad unilateral del futbolista y habilita al club afectado a invocar los límites (art. 16) y requerir las sanciones al Club, al intermediario y al futbolista (arts. 17 y 18.)
En el segundo caso, la extinción del contrato es por voluntad de ambas partes, en cuya caso no cabe limitación ni sanción alguna.
Se trata, en suma, de interpretar cláusulas contractuales para establecer el sentido y alcance de la relación jurídica entre club y futbolista. Para ello es necesario desentrañar la voluntad de las partes, pues se está en presencia de una materia que se mueve en el ámbito de la libertad contractual que no es susceptible de resolverse por reglas rígidas e inflexibles.
Es por ello que el fútbol Latinoamericano debe comprender que se necesita no sólo minuciosidad en la redacción de los contratos, fijando cláusulas penales en función del perjuicio sufrido ante la extinción unilateral del contrato, sino fundamentalmente desarrollar una estrategia y lucha política para, por un lado, consagrar una regla básica: los contratos obligan y deben ser cumplidos y, por otro, "vender fútbol, no futbolistas", recaudar con el desarrollo del mejor espectáculo, y no cediendo a los actores.
De ello depende nuestra subsistencia.
Dr. Daniel Adrián Kiper
Hoy es una de esas noches que soñás. Solo que exactamente al revés.
La camiseta verde con la que empezó la idea |
Fuente: Twitter |
Infografía de La Nación, actualizada por www.politicaenriver.com |