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lunes, 14 de septiembre de 2020

La crisis económica en River y el dilema de D'Onofrio

Mientras no hay fútbol hace meses, las redes sociales del club se pueblan de efemérides, imágenes de la remodelación del césped del Monumental y videos de goles históricos, el Coronavirus poco a poco está exponiendo la cruda realidad del Club.


Después de ganar la primer Copa Libertadores de la mano de Gallardo, la dirigencia demostró que no sabía vender ni retener a los campeones perdiendo más de 12 millones de dólares. Asumió su realidad y empezó a "blindar" los jugadores del club con cláusulas millonarias que provocaron alzas desproporcionadas de los contratos. 

Llegó la segunda Libertadores, los éxitos futbolísticos y algunas ventas conformaron una estrategia que funcionaba mientras el club cobraba el abono antiestatutario y el equipo llegaba a instancias finales de todos los torneos que jugaba por lo que ingresaban cuantiosas recaudaciones.

Sin que muchos lo notaran, la situación económica en River cambió lenta pero radicalmente. El Club pasó de tener el mayor superávit del fútbol argentino a tener un déficit galopante. Todo esto, con un agravante: el equipo peleaba todos los frentes provocando récords de recaudación. Mientras se profesionalizaba la gestión incorporando ejecutivos de primer nivel, el gasto crecía y se postergaban las reformas estructurales en la administración del club. De qué serviría tener al mejor Director Financiero si este no puede eficientizar los gastos?  

La Argentina, mientras tanto, se hundía en la crisis macrista y el club quedaba descalzado: contratos del plantel dolarizados, gastos de administración del club inflexibles a la baja y la mayoría de los ingresos en pesos

En ese contexto, llegó el Coronavirus que derrumbó los ingresos en aproximadamente 1.000 millones de pesos detonando una explosión enorme pero silenciosa.

Los jugadores sorprendieron rompiendo el cerrojo de comunicación de Gallardo que impone la prohibición de dar entrevistas individuales. Dicen que el diablo está en los detalles: fue en medios internacionales. La dirigencia había empezado el operativo "venta de jugadores" para acomodar la situación económica antes que se desmadre. Los periodistas que siguen los entrenamientos pegaron el grito en el cielo. 

Pero llegó el viernes 11 de septiembre y Gallardo no tuvo más remedio que exponer la cruda realidad. 


El listado enviado tuvo 29 jugadores, cuando podían ser 40. River presentó una lista que no utiliza la camiseta número 10. Un símbolo pero también un síntoma. Además, a la lista le faltó un jugador para completar el listado final de 30, lo que indica no sólo que hoy River no cuenta con dinero para incorporar sino que puede tener más bajas. Ya no se disimula que Martínez Quarta y Borré están en vidriera ante la necesidad de oxígeno financiero. Aceptará la dirigencia una oferta por la mitad de la cláusula por Martínez Quarta? 

La pregunta que empiezan a hacerse muchos en el club es si este no es el mejor momento para hacer la reestructuración y saneamiento del Club. Un favor acá, otro por allá y River sigue acumulando empleados gestión tras gestión. Como si fuese un estado bobo, la institución cada año necesita recaudar más para sostener un club que usan los vecinos de Núñez.

River es el club social más barato de una de las zonas más acaudaladas de la Argentina. La "función social" es una contradicción en sí misma, para no decir un subsidio a los ricos con la plata que genera la "vaca lechera" del fútbol profesional. 

En paralelo y con todo lo que se le puede criticar, la Fundación River está llevando adelante proyectos en diversos lugares que realmente son carenciados, con personería y fondos separados del club.

Para ponerlo en números, mientras son muy pocas las actividades que prácticamente se sostienen con sus propios ingresos -el Instituto por ejemplo-, el resto recibe fuertes subsidios de los ingresos del Fútbol Profesional.

La máquina burocrática hace que el fútbol solo sea el 70% del gasto del club, erosionando año a año la capacidad de reforzar el equipo y mantener un plantel competitivo sin dejar al club en default.

Así las cosas, la pandemia puso a D'Onofrio ante el dilema más grande de toda su gestión: utilizar su enorme capital político para hacer la reforma que River tanto necesita y ser recordado como el Presidente que saneó el club y le dio sustentabilidad al fútbol profesional o dejar un club con el título más importante de su historia pero en terapia intensiva.

La historia de River juzga a sus Presidentes por los logros futbolísticos pero los sentencia por cómo dejan al Club.

sábado, 25 de junio de 2016

Enzo ya le costó €12.000.000 a River

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De la reunión de Comisión Directiva hasta la fecha, la filtración del contrato de Enzo Francescoli como Manager Deportivo de River Plate ha desatado un torbellino de críticas e insólitas justificaciones.

Para analizar el caso, hay que hace un poco de historia. D’Onofrio, tanto en la última campaña como en la que perdió por cuatro votos frente a Passarella, siempre criticó la falta de transparencia de sus administraciones. Tal es así, que su primer “pilar” de campaña se llamó “Honestidad y Transparencia”. El mismo se basaba en “política de cuentas claras y transparencia en los actos de gobierno” y enfatizaba al decir que tenía que ser de una forma “ejemplar”. Además, siempre dijo que apostaba por los jugadores de inferiores y que sus ventas deberían ser luego de "disfrutarlos 4 o 5 años en primera".

Si seguimos adelante, al asumir fue el mismo D’Onofrio quién a poco de asumir, el 27 de enero de 2014, dijo en una entrevista exclusiva con una página oficialista que “los ídolos están trabajando sin cobrar honorarios” y “han aceptado en este inicio trabajar de forma gratuita […] en pos de sacar a River adelante”. Mientras tanto, River le imponía a los hinchas un abono que los obliga a pagar un adicional a la cuota social, algo prohibido por el Estatuto del Club.

En la tarde de ayer, Jorge Brito, fue el vocero del oficialismo que salió al cruce de las críticas explicando que Enzo es un ídolo que entiende a la perfección la filosofía River, que su sueldo es “de mercado” y que no le parecía ético que se haya difundido. Hasta ahí, los argumentos son incuestionables.

El problema es que al explicar la posición de la dirigencia sobre el premio retroactivo se enroscó en contradicciones con el propio Francescoli y el mismísimo presidente D’Onofrio.

Fuente: Twitter
Comentó que Enzo tiene muchísimas funciones, entre las que detalló la de “retener jugadores” durante “bastante tiempo”. El archivo de Francescoli lo desminitó ya que el 11 de noviembre del año pasado el uruguayo le decía a Mariano Closs “Con la situación de Sánchez y Rojas tenemos que hacer un mea culpa, en estos casos se hace camino al andar. Si hubiéramos sabido que Sánchez se podía ir, hubiéramos actuado antes. Me hago cargo de haber demorado un poco lo de Sánchez”. Esto no solo demuestra inexperiencia sino también falta de profesionalismo.

Infografía de La Nación, actualizada por www.politicaenriver.com
Según el sitio Transfer Market, estos son los valores de mercado de los jugadores que se fueron libres desde que Francescoli es Manager:

Ariel Rojas: €1.200.000
Leandro Chichizola: €300.000
Carlos Sánchez: €1.500.000
Lucas Boyé: €1.750.000
Marcelo Barovero: €4.000.000
Leonel Vangioni: €4.000.000

En cuanto a ventas, se puede detallar:

Teo Gutiérrez: se fue del Club por €3.400.000 mientras Passarella lo había pagado €4.800.000.

Funes Mori: €6.000.000 (u$d 7.841.000). Jugó con continuidad, poco más de 1 año.


Matías Kranevitter: Se vendió el 100% por €8.000.000. Jugó con continuidad, poco más de 1 año.

Gabriel Mercado: es un caso antológico. Multicampeón con River, por jugar una final de América con Messi en la Selección, ya aparece fichado por el Monterrey. Cómo es esto? Simple, el lateral tiene una cláusula de rescisión de u$d2.000.000 por el 50% del pase de River y el club mexicano ya depositó dicho monto en la AFA. El desmanejo radica en que el jugador está tasado en €4.500.000 con lo cual River estará perdiendo €250.000 sin poder negociar. 

Esto quiere decir que del plantel Multicampeón, Enzo no pudo retener a 6 jugadores que se fueron libres por un total de €12.750.000. Además, malvendió a Teo cuya venta arrojó un neto negativo de €1.400.000 y Mercado se iría por €2.720.000 menos de su valor de mercado.

Lo insólito de la argumentación del oficialismo es que dice que Enzo potenció las ganancias pero ayer el presidente D’Onofrio confesó al aire en Fox Sports que “pasado el monto que hay para incorporar, se necesita vender para comprar”. Recordemos que se presupuestaron u$d 2.400.000 para compras de jugadores y ya Lollo era más caro.

Esto quiere decir que además de perder a jugadores titulares indiscutidos, River va a tener que vender otro jugador para reforzarse. Más que una “renovación de plantel”, es un vaciamiento.

Además de lo antedicho hay otra realidad, River generó ingresos por los títulos obtenidos. Pero, es Enzo el responsable de un plantel que no formó? Claramente esos ingresos no son atribuibles al uruguayo.

Que el contrato no se debería haber filtrado es correcto pero que River le pague un premio en dólares a un Manager que ya le hizo perder más de €14.000.000, es una locura.

En cualquier empresa, ya estaría despedido.

jueves, 5 de mayo de 2016

D'Onofrio tiene una sola chance

Francescoli repitió el error con Barovero y Vangioni
River Plate ayer cayó de pie. Cayó por un error propio en el último minuto pero en el partido de ida. Decir que Independiente del Valle logró la mayor hazaña en su historia, a esta altura, es una verdad de perogrullo. Pero es un buen punto de partida para entender los problemas que son propios de un equipo que desde que volvió de Japón, luego de ganar la Copa Suruga Bank, no hace más que añorar otros tiempos.

Cuando Gallardo tomó al equipo campeón de Ramón, lo transformó en un show de buen fútbol. "El Barcelona de Latinoamérica", se escuchaba. Fue ese equipo el que se floreó ganando la Copa Sudamericana de punta a punta, con eliminación a Boca incluída, mientras le regalaba el campeonato a Racing luego de un inicio espectacular.

Luego de algunas ventas, dio pena en la fase de grupos de la Libertadores hasta que, nuevamente eliminó a Boca, y ahí cada uno en su interior sabía que ese trofeo no se escapaba. El envión anímico era arrollador.

Con la Libertadores y la Suruga en manos, lejos de armarse fuerte de cara a la Sudamericana y el Mundial de Clubes, la dirigencia optó por vender sus joyas e inmediatamente empezó la caída. Estrellarse contra los errores propios ante Huracán en semifinales (igual que en Ecuador, vale el paralelismo), penar en el campeonato local para llegar a otro mercado de pases como nos tiene acostumbrados esta dirigencia. Jugadores campeones que se van sin generarle ingresos a River, un Gallardo que le doblega la decisión de la Comisión Directiva de que no jueguen quienes no renovaron contrato y un mercado de pases que da la sorpresa para cuando la pretemporada está concluída. El desorden, la regla.

Otro semestre regalado. River ya acumula 8 meses y 22 días sin jugar dos partidos seguidos a un nivel aceptable para el paladar millonario.

Gallardo lo entiende bien y lejos de esquivarle a la crítica ayer dijo que "hay que empezar de cero", una frase de la que debería tomar nota D'Onofrio, Francescoli y todos los que regalaron jugadores. Dentro de dos partidos, Barovero y Vangioni se sumarán a la lista de jugadores que se fueron libres sin dejarle un peso al club.

"De cero" quiere decir que hay que hacer borrón y cuenta nueva. Limpiar jugadores que no sirvieron. Traer jugadores para el estilo Gallardo, no solo para tapar agujeros que dejan los que se fueron y se irán. No hay margen de error. Solo ganar la Recopa y, sobre todo, la Copa Argentina.

Esa es la parábola. Gallardo recibió un equipo campeón, lo potenció, se lo desarmaron y, por ahora, está mirando la próxima Copa por TV. Sabe que es inadmisible. También sabe que no depende de él.

Después de dos años y medio, D'Onofrio ya no puede quejarse de una herencia que en materia de jugadores, con el diario del lunes, fue muy buena. Hoy su herencia es un River Campeón de la Libertadores afuera de la Libertadores 2018.

Tiene una sola chance, la Copa Argentina. Un solo mercado de pases, junio. D'Onofrio sabe que es hora de demostrar que está a la altura.