Stefano Di Carlo, flamante Vicepresidente Segundo de River Plate |
En diciembre de 2009, seis votos dejaban arañando la presidencia a Rodolfo D'Onofrio. Esto sería un dato fuera de contexto si no fuese porque un tal Stefano Di Carlo se presentó como candidato al mismo cargo que competiría Guillermo Cascio. Uno por la lista de Mera Figueroa, el otro por la de D'Onofrio. El destino comenzaba poniéndolos frente a frente.
Stefano es un personaje que respira River. Y esto no es una frase de campaña. No solo su abuelo fue un recordado dirigente. Él es egresado del Instituto y conoce el club como casi ninguno de los que se sientan en Comisión Directiva. Sabe el nombre de cada maestra y empleado de la institución. No porque se los haya memorizado, sino porque creció junto a ellos.
Di Carlo tiene tres características que lo definen por completo. En primer lugar, tiene una excelente capacidad de lectura política. Mientras todos le huían al actual Presidente después de perder las elecciones, Stefano fue a contracorriente y le pidió un café. Su razonamiento era simple, si a Passarella le va bien, reelige. Pero si le va mal, D'Onofrio es el mejor posicionado. La historia cuenta que Di Carlo no solo fue el primer dirigente en estar al lado de Rodolfo sino también el primero en elegir qué departamento del club quería comandar cuando ganaron.
En segundo lugar, tiene una enorme capacidad de gestión. Devolvió con trabajo toda la confianza que el presidente le iba entregó. Hasta su llegada a la vicepresidencia, tenía a su cargo el Área Educativa, Marketing -de donde se lleva pendiente recuperar el dominio web del club- y, ni más ni menos, que Prensa. Esto último le valió un lugar en la famosa Mesa Chica, ese lugar adonde pocos llegan y en el que se toman las decisiones más importantes.
Por último, Stefano cultiva el perfil bajo, "bajísimo" dicen muchos. Es tarea imposible encontrar al actual Vicepresidente Segundo en una foto futbolera. Su ADN solo entiende de trabajo. Compartir esa característica es lo que lo acercó como nadie a Guillermo Cascio. No solo terminó siendo su "niño mimado" sino que el hijo de su predecesor, trabajaba en su equipo. Rompió la promesa de campaña de no contratar familiares de dirigentes cuando conoció a Cascio Jr, un profesional del marketing deportivo formado en las mejores escuelas internacionales, quién lejos de llegar por acomodo, lo hizo para completar un lugar para el que hay pocos profesionales tan calificados.
Estos tres atributos catapultaron al "pibe" -como varios le dicen-, a ser el Vicepresidente más joven de la historia del club. Un dirigente del que todos hablan bien y en quien todos aprendieron a confiar.
D'Onofrio, en su presentación, dijo que "era la voluntad de Guillermo y estaría muy orgulloso de este nombramiento". Lo que no decía era que Jorge Brito, fue el único dirigente a quien consultó antes de tomar la decisión. Sin saber que iban a "compartir cartel", tiempo atrás Jorge lo había invitado a comer. Un claro gesto de inicio de una relación. Privilegio de pocos.
Dicen los que lo conocen que Di Carlo no desconocerá con su esencia y profundizará el perfil bajo. Sabe que ese rasgo es el que hizo que nadie lo considere una amenaza en términos políticos. Lo que todos saben es que eso indefectiblemente cambiará. Un Vocal Titular oficialista fue muy gráfico al explicarlo, "aunque seas el mejor compañero, cuanto más alto llegás más piedrazos te tiran".
Hace dos años, un gran conocedor de la política en River nos dijo "atentos con Di Carlo, Rodolfo lo valora mucho, va a llegar muy lejos en la política del club". El tiempo le dio la razón.
Ahora resta saber si este es el destino final o un hito más en el camino, sobre todo porque D'Onofrio no puede volver a presentarse.