Brito será el nuevo Presidente de River Plate |
Mañana los socios de River Plate elegirán el sucesor de Rodolfo D’Onofrio, el presidente más exitoso a nivel deportivo de la historia del Club. Dejará como legado la mayor cosecha de copas internacionales para un presidente, la renovación del césped del Monumental y algunos espacios del club como los quinchos. Demasiado poco para ocho años de grandes ingresos. El punto más flojo de su gestión será la relación con los socios durante la cual pasaron a ser tratados como simples clientes.
Pero volvamos a las elecciones. Caselli, principal opositor durante estos últimos ocho años, se puso a sí mismo como doble candidato, a Presidente y primer vocal. Luego de volver al país, aspira a volver a estar en la conversación diaria en el club. Belli, surgido como un desencantado del grupo de Caselli, se lanzó como candidato pero al igual que Trillo buscarán salir segundos para que sean sus candidatos a vocales ingresen a Comisión Directiva. El que pone la plata no arriesga, dicen por ahí. Esa es la razón por la cual Barreiro, un total paracaidista en la política del club, bajó su candidatura a presidente. Si Trillo logra el segundo puesto, Barreiro pondrá un pie el día a día de la política del club. Sino, su plata tendrá la misma suerte que la de
Esto sucede porque todo el mundo River es consciente que Brito tendrá un solo mandato. El banquero enfrentará el enorme desafío de gobernar bajo la sobra de los títulos internacionales y con una economía destruida.
Más allá de que el Muñeco anuncie que sigue en River, sería una verdadera sorpresa que renueve por otros cuatro años. Los que lo conocen saben que su sueño es dirigir la Selección Argentina. Se descarta que si lo llaman en el momento correcto, dirigirá la Argentina. Por lo que Francescoli, muy probablemente, deberá elegirle a Brito un DT que gane rápido un título. Lo contrario no solo traería problemas económicos sino también cuestionamientos a los cientos de miles de dólares que River le paga al uruguayo por año.
A lo deportivo, se suma lo económico. Ballotta volverá a ser el Tesorero. Tendrá el mismo rol y el mismo desafío que cuando asumió con D’Onofrio: levantar la quiebra del club. En el off the record, el oficialismo ya no lo oculta, River necesita generar urgente decenas de millones de dólares para pagar deudas económicas, no financieras. De lo contrario, lo podrían embargar varios clubes a los que no les terminó de pagar. Al margen de tener que superar la oferta de Puma, esa fue la carta con la que contó Adidas para negociar a la baja. Sabían que River necesitaba cash, y el cash por adelantado sale caro. A eso hay que sumarle que el contrato se renegocia si el dólar oficial supera los $160.
Y si lo deportivo y lo económico no es suficiente desafío, el contexto político será un peligro latente. River será representado por D’Onofrio en la AFA, donde no hace pie hace tiempo. Y, a nivel nacional, el revés que tuvo el oficialismo a manos de Cambiemos pone al oficialismo en un lugar muy incómodo. Sobre todo, si se tiene en cuenta que D’Onofrio y Brito declararon en todos los medios que River la pasó muy mal durante el macrismo luego de que estos perdieron las elecciones. Macri no olvida esas declaraciones.
Este panorama nos lleva a la madre de todas las batallas, la contienda en el seno del oficialismo.
Patanian es una figura que se siente cómodo en la televisión y en las redes sociales. Tiene todas las fichas en su imagen, una imagen envidiable para cualquier dirigente de fútbol. Pero nunca construyó poder. El mismo D’Onofrio quedó estupefacto cuando, luego de ser electo, se reunió con cada uno de sus aliados para distribuir cargos y él no pidió nada. Lo que sí tiene, es una promesa de ser el sucesor. Pero la promesa se hizo en una mesa de tres personas y quienes lo prometieron no tendrán suficiente poder cuando él lo necesite.
En la otra vereda, Stefano Di Carlo, un armador que respira poder. El vicepresidente más joven de la historia de River es la contracara de Patanian. Cultiva el perfil bajo y niega que quiera ser presidente. Llegó hasta donde está porque supo ganarse la confianza de D’Onofrio. Fue quien lo acercó a Juan Car y quien lo acompañó en el armado de su futuro político. Arma equipos y a los suyos les “paga bien” por su lealtad, siempre ampliando su poder dentro del club. Tiene excelentes relaciones en la política nacional y fue uno de los dos dirigentes que manejó el día a día del club, según las propias palabras de Brito en el cierre de campaña.
La alianza que llevó al poder a D’Onofrio tenía una fórmula implícita: un mandato D’Onofrio, uno Brito y uno Patanian. El poder la desdibujó. Brito tuvo que esperar un mandato y Patanian ceder su turno a Brito. Para cumplir con la fórmula, Patanian tendrá que tejer alianzas para asegurar el apoyo de lo que quedará del oficialismo, que no le regalará nada.
Mientras tanto, mañana los socios volverán a elegir al oficialismo. Pero a partir del domingo, River comenzará a transitar un camino muy complejo y será epicentro de un continuo ida y vuelta de alianzas por la sucesión de Brito en la que seguramente, habrá muchas sorpresas.
Caselli y Patanian, volverán a compartir Comisión Directiva |
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