Ayer irrumpió la noticia del nombramiento de Mauricio Macri como Presidente Ejecutivo de la Fundación FIFA. Al unísono, Rodolfo D'Onofrio y Jorge Brito salieron al cruce. Casi como si tuviesen el mismo Community Manager peronista, ambos tildaron al nombramiento como "lamentable" y sumaron datos de la economía local. Stefano di Carlo, a cargo de la comunicación del club, optó por el silencio.
Es lamentable que el ex presidente que nos dejo una deuda casi impagable, mas de 50% de pobreza... enemigo de las sociedades civiles en el futbol,...y responsable de los ultimos 4 años en el manejo que vive el futbol argentino , haya sido nombrado al frente de Fundacion Fifa.— Rodolfo D'Onofrio (@RodolfoDonofrio) January 28, 2020
Es lamentable la designación del ex presidente en la Fundación FIFA. La misma persona que rebajó la Secretaría de Deportes de la Nación a una Agencia, que dejó una inflación de 167,1% en 4 años, una devaluación histórica, que no tuvo una mirada social y nos endeudó como nunca.— Jorge Brito (@JorgeBrito) January 28, 2020
No solo es la primera vez que ambos twittean casi en simultáneo sobre Macri sino que también es la primera vez que lo hacen sobre política nacional, algo de lo que siempre se cuidaron mucho.
Lo que pocos se detuvieron a analizar fue el motivo y la sucesión de hechos que llevaron a Macri a volver a poner un pie en el fútbol.
Infantino en el G20 |
En criollo? Macri le abrió a Infantino la puerta para ingresar a una reunión global a la que nunca hubiese accedido sin que se lo hagan de favor. Se mostró como un líder global ante la rosca europea.
Recordemos que, en la previa al evento, fue abucheado en cancha de River cuando se suspendió la final de la Copa Libertadores. Varios que lo asociaban con el aparato gubernamental de Macri, lo insultaron hasta en la salida del Palco de Honor. Estaban equivocados, Infantino, el vocero de Macri en las negociaciones, presionó para jugarla hasta el último momento pero se topó contra los jugadores de Boca que no quisieron salir a jugar. Los veteranos, los jóvenes querían jugar como sea.
Días después, en pleno G20, Macri estalló en furia con Domínguez por cambiar la sede de la Final de la Libertadores. Le había hecho jurar ante Infantino que se jugaba en Argentina y con público.
Por entonces, se decía en el gobierno que una derrota frente a River podría dinamitar bastión sagrado del Macrismo: Boca Juniors. Ese era el lugar donde, ante una eventual derrota electoral en la Nación, se replegaría el partido político amarillo.
Derrotados en la final de Madrid y entrado ya el año electoral, en junio de 2019 Infantino empezó a devolver el favor. El italiano inventó un premio y eligió, sin consultar a ningún dirigente de FIFA, al Macri candidato a presidente. Inédita intervención de la Federación en una campaña electoral.
La derrota volvió a llamar a la puerta, no solo en las elecciones nacionales sino también en las partidarias de Boca. Macri pasó de ser amado en el club de sus amores y organizar el G20 en Argentina a ser derrotado en primera vuelta y su delfín humillado en Boca.
Con sus aliados pidiéndole que mantenga el silencio o, directamente, se retire de la actividad partidaria, Infantino lo devolvió al lugar que Macri nunca resignó, el fútbol. Lo invitó al Mundial de Clubes y se dice que ahí se tejió la movida que conocimos ayer. Infantino inventó un cargo para su amigo. Ad Honorem y sin inmunidad diplomática pero con roce internacional y una posible influencia en el fútbol, lo único que Macri nunca resignó durante su presidencia.
Bloquear esa influencia es el motivo por el cual en River salieron a twittear pero por qué metiéndose en política. ¿Un pedido del gobierno?
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