Nada puede salir mal con él en cancha. Haber pegado el volantazo a tiempo es sinónimo de un mérito. Punto para el entrenador. A Matías Kranevitter le bastaron los 95 minutos ante Rosario Central para sentenciar nuevamente a Ponzio a sentarse en el banco de suplentes.
Teo marca el primer gol de River |
Dominio. De acuerdo al mismo sitio web, River tuvo el 58% de la posesión del balón, estableciendo una supremacía clara. Pero hay un dato más relevante que se conecta con éste e indica la influencia de Kranevitter. El 52,9% de la posesión general del partido se dio en la mitad de cancha. Si la pelota fue más de River y todo se sucedió mayoritariamente en la mitad de cancha, se debe en gran parte a lo hecho por el número 5.
Inteligencia. Saber el momento justo para salir a cortar hacia adelante. En base a ésto, ser la voz que indique que el equipo deba presionar en bloque hacia adelante, y no necesariamente pegando un grito. Recrear con Rojas la sociedad que él tenía con Ledesma para marcar el tempo. Tener la cancha en la cabeza y saber cuándo son los momentos de saber cuándo son los momentos de buscar a Vangioni, Mercado o Sánchez que pican al vacío como pocos en el fútbol argentino. Pararse adelante de los centrales cuando se está defendiendo y hacer el abanico siempre ayudando a un compañero.
Esta segunda fecha respecto de la primera fue un paso adelante. La imagen apática en el Estadio Único de La Plata se confirtió en otra más agradable a la vista, más sólida y solidaria. Y claro, resulta que Gallardo encontro el modo.
Ex Clarín Deportes
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