Lanzini festeja uno de sus dos goles |
El millonario venció a Tigre por tres tantos contra cero en un partido que mostró dos caras. Se esperaba en los papeles un planteo táctico con un dibujo 4-4-2 pero lo cierto es que Vangioni salió a jugar como volante y el esquema que se percibió en el campo de juego reflejaba un 3-5-2.
Los primeros 45' reflejaron un minué bailado lejos de los arcos. Más de lo mismo, lateralizaciones y pases atrás, sin profundidad, sin poder llegar por los extremos y sin llevar peligro a la valla adversaria. El partido cambió en el complemento. El golazo tempranero de Manuel Lanzini lo abrió y cambió el desarrollo. El diez tuvo un segundo tiempo muy bueno, profundo vertical e incisivo a la hora de entrar al área. Convirtió el primer gol a segundos de haber comenzado la segunda parte, arrancando de la mitad de la cancha, limpiando a dos defensores lanzado en velocidad y punteando la pelota hacia el fondo de la red. Coronó su actuación con la conversión del tercer gol luego de empujar una pelota desviada por el arquero del Matador.
Los otros dos jugadores de ataque, Andrada y Simeone, cumplieron. El primero se destacó por su movilidad y su entrega, el segundo por su ganas y por haber sido el autor del segundo gol, fue reemplazado por Mora en el segundo período, de participación regular. Los chicos se van afianzando de a poco y eso es una noticia alentadora de cara a lo que viene.
En el medio del campo circularon Carbonero, Ponzio y Rojas. El moreno tuvo un primer tiempo chato como el resto de sus compañeros, pero su segundo tiempo fue mucho más relevante, se mostró con más ímpetu logrando abrir el terreno y habilitando así la posibilidad de romper con la defensa del equipo de Victoria. Los dos últimos no pesaron en la búsqueda ofensiva y tampoco fueron determinantes a la hora de defender puesto que la visita tuvo prácticamente, nulas arremetidas contra el área propia.
En la línea de fondo Vangioni no sufrió contratiempos, Alvarez Balanta fue reemplazado por Bottinelli por una lesión muscular -el rubio no desentonó y jugó un partido correcto-, Maidana, de buen partido y poca participación debido a el escaso peso ofensivo de Tigre y Mercado, con un flojo desempeño, inocuo a la hora de trajinar la banda y generador de faltas innecesarias.
Barovero esta vez no tuvo demasiado trabajo, pero la única pelota peligrosa que tuvo la resolvió con solvencia, sigue siendo un baluarte.
Ramón tomó champagne y el equipo después de mucho tiempo le dio a la gente de River Plate la alegría que más disfruta, la del juego y los goles. Va a ser un ejercicio divertido observar las editoriales que hace no más de cuatro días acusaban a este plantel de ignorar la historia del club más grande de la Argentina. Cambia, todo cambia.
Volvimos a retomar el camino, debemos transitarlo sin euforias pero con menos pesimismo, no olvidemos que en el banco sigue incólume la estrella de Ramón.
1 comentario :
Pablo González
Ja Ja! Me gustaron los últimos dos párrafos. Si tuvimos paciencia con cada paracaidista como no la vamos a tener con un hijo del club.
Publicar un comentario