Después de cuatro años que parecieron eternos, River Plate volvió jugar un partido de copa y lo ganó, y eso no es poca cosa.
En el estadio ubicado en el Bajo Flores, River le ganó uno a cero a San Lorenzo en el partido de ida por la Copa Sudamericana. Ramón salió decidido a no perder el medio campo en manos del Ciclón. Pareció advertir el rigor que le impusieron los rivales en los partidos del torneo local. Volvió con un doble cinco formado por Kranevitter y Ledesma, este último de un muy buen desempeño, Rojas para que asista en el cierre del sector izquierdo -de baja producción- y la dupla Fabbro/Lanzini como volantes de creación, el primero muy espaciado en el juego y muy lento en sus movimientos, mientras que el 10 de la cantera se mostró el jugador más picante y vertical. Ramón Díaz puso a Mora de punta, tirado a los costados, quien intentó vanamente llegar al arco que defendía Álvarez.
El primer tiempo mostró a un River con más actitud y estrategicamente bien parado en el campo, los avances de San Lorenzo fueron neutralizados por los volantes de contención y la línea de fondo, que mostró a un Maidana de menor a mayor y a un Álvarez Balanta muy metido en el encuentro, con el carácter que solemos ver en el moreno para disputar los balones divididos. En el costado izquierdo, Vangioni tuvo un primer tiempo aceptable mientras que por el costado derecho, un Ponzio ausente volvía a sufrir las incomodidades del puesto. Chichizola también fue de menor a mayor, un primer tiempo dubitativo a la hora de las salidas y con una intervención que pudo haber terminado en el gol de San Lorenzo -de no haberse cobrado offside-. En el complemento se mostró más firme y seguro y salió de abajo con bastante precisión.
La entrada de Ferreyra y de Carbonero no modificaron en lo más mínimo el trámite del partido, ambos intrascendentes y en particular el colombiano, con una actuación pobre y algo liviana. La falta de delanteros fue más evidente, No se recuerda a un River tan necesitado de 9 de área. Hubo momentos en el partido en que los desbordes de Vangioni, de Mora o de Lanzini, terminaban en pausas enormes a la espera de que algún jugador con la banda llene el hueco en el punto del penal del arco rival.
En vista a las circunstancias, la victoria lograda contra el equipo de Boedo, ha sido un triunfo valioso de cara al partido a disputarse en el Monumental. A pesar de la particular realidad, River ganó su primer partido de copa, y eso, no es poco.
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