River Plate perdió con Colón de Santa Fe un partido que, desde el vamos, era casi imposible de perder. Todas las miradas todas, estaban pendientes del debut de Teo Gutiérrez, quien por fin se encontraba habilitado para formar parte de los 11 titulares. Con un Monumental al 70% de su capacidad sin público visitante, los simpatizantes del Millonario siguieron los vaivenes emocionales del encuentro. Muchos se preguntaban por qué las plateas altas estaban al 80% si el canje se había agotado a los 10 minutos de iniciados. Y entre muecas, muchos hablaban que la reventa no funcionó.
Los primeros 30 minutos del primer período, encontraron al equipo local buscando -con cierta desprolijidad- ser protagonista del encuentro, intentando llegar al área rival con los desbordes de Carbonero por derecha y de Vangioni por la izquierda, este último junto con A. Balanta, los jugadores más destacados del equipo de Ramón. En el medio Ledesma era el encargado de cortar el circuito de Colón y Rojas intentaba en ataque un poco más metido que en los partidos anteriores. Arriba, Teófilo Gutiérrez por adentro (con poca participación) y Mora por afuera, intentaban lastimar sin mucho resultado. Ponzio tirado de 4 parecía hacer más pie en la raya, mientras que Maidana jugaba un partido aceptable y sin sobresaltos complementando la tarea del mencionado Balanta, que parecía comerse la cancha, ahínco en la marca, firmeza en el quite y criterio a la hora de trasladar, el moreno parece ser uno de los pocos fenómenos de este ciclo.
Las llegadas de Colón eran nulas, salvo un par de subidas de la mano de Prediger, y no mucho más. La escuadra santafecina estaba más pendiente de cuidar el "cero" que de aventurarse a ganar el encuentro.
En el segundo tiempo, todos creíamos que River se lo iba a llevar por delante, la visita había demostrado su poca convicción de ataque, todo estaba servido para ir a buscar los tres puntos. Pero este equipo es capaz de modificar incluso, la fórmula de la Ley de Murphy, cuando nada puede salir mal, algo va a salir mal. Ansioso, desprolijo, sin juego asociado, con un Lanzini perdido en el campo de juego y sin la actitud que venía mostrando, lateralizando el juego y mirando siempre el campo propio, con el Rojas que todos conocemos, intrascendente y opaco, con un Ponzio que volvió a perderse en el partido, con un Teófilo Gutiérrez lento, de andar cansino y sin sorpresas y con un Mora que se chocaba con los rivales.
Lo de Carbonero merece un párrafo aparte, tuvo un pésimo segundo tiempo, dudando permanentemente a la hora de elegir la jugada o el pase, pareció perder todos los argumentos futbolísticos y anímicos para seguir en la cancha. Justo es decir que no fue mucho menos que el resto de sus compañeros salvo honrosas excepciones. El público eligió hacer catarsis con él. Tanta desprolijidad, tanta carencia de ideas, tanto desorden, dió como resultado dos contraataques de Colón, dos goles.
Teo marca un gol en su debut |
La gente se fue enojada con el arbitraje, nos parece insustancial debatir un posible penal no cobrado, los riverplatenses estamos acostumbrados a que nos falten el respeto en casa, sin embargo, la derrota de anoche poco tuvo que ver con los fallos arbitrales. Jugaron casi todos y si éste es el equipo ideal habrá que encomendarse a San Ramón, un Ramón cuya racha invicta de local de 41 partidos, ayer llegó a su fin.
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