lunes, 19 de agosto de 2013

Godoy Cruz 0 vs 0 River Plate: Esperando por Teo y Mora

El partido con Godoy Cruz terminó de desnudar las carencias puntuales del equipo de Ramón. Apegados al rito que parece escrito como un designio inexorable, hemos vuelto a regalar un tiempo entero, como si 45' bastaran para conseguir los resultados.

El pelado salió con un 4-3-2-1, Ponzio, Maidana, A. Balanta, Vangioni, Carbonero, Ledesma, Ferreyra, Lanzini, Fabbro y Simeone. El primer tiempo fue un cancionero de ausencias, sólo hubo un poquito de Lanzini y un rival que volvía a asfixiarnos e el medio (esta vez con Ledesma sólo como 5). El equipo no hacía pie y estuvo a merced del rival, que parecía potenciarse a medida que observaba la pasividad y la confusión del equipo de la banda.

La línea de fondo era una invitación al desborde, Maidana no ganaba ninguna ni de arriba ni de abajo, Ponzio estaba perdido en la cancha, A. Balanta le pegaba para arriba y Vangioni perdía todo lo que intentaba ahogado por un Ferreyra que estorbaba en la banda izquierda. En el medio Ledesma las veía pasar y Carbonero se veía inocuo yendo y viniendo sin razón. Sólo un par de aproximaciones al arco fruto del empeño de este último y Lanzini y no mucho más.

En el complemento las cosas cambiaron y se vio un River más protagonista, pero a la hora de la palabra final nos quedamos sin voz. Es como tener un arma apta para el disparo cargada con balas de plástico. Nadie la mete. La defensa se armó un poco mejor, la entrada de Rojas por Ferreyra le dio más espacios a Vangioni quien así y todo no descolló, pero el volante se tiró más para adentro cerrando un poco más el medio y fue más que su antecesor en el campo, Lanzini fue quien tomo la conducción del equipo e intentó con más pujanza que ideas entrar al área rival. Se celebra su carácter para pedirlas todas y mostrarse en cada jugada, también su juego que mejora partido a partido, pero tiene que aprender a dar el pase antes de la última maniobra donde, generalmente, termina perdiendo el control del balón.

Por su parte, su camarada creativo, Fabbro, se mostró lejos del nivel que se le conoce, lento y demasiado pasivo a la hora de penetrar la defensa del rival, se le nota categoría, pero con eso no alcanza. Ponzio se soltó un poco más y Carbonero volvió al nivel que se le vió contra el Lobo en la primera fecha, más comprometido con el juego y mostrandose en los avances. Gio tuvo una noche poco feliz, perdió un gol solo con el arquero en la primera etapa y no tuvo mucha más injerencia en el juego, pero al pibe tampoco le llegaron habilitaciones limpias y se sabe que se está aclimatando a la primera categoría. Hay que apoyarlo y esperarlo. La entrada de Kaproff no se puede analizar en profundidad se ya que estuvo poco tiempo en cancha.

River sigue sin ganar de visitante, y la costumbre, se sabe, cuando no puede cambiarse, termina convirtiéndose en un peligroso estigma. Por otra parte, seguimos pagando las desprolijidades conocidas en el último libro de pases, que ha minado el poder ofensivo del plantel, quedando a la espera de las habilitaciones de Teo y de Mora, quienes a la luz de los resultados, parecen ser la única esperanza de cambio posible.

1 comentario :

River Plate´s Postman dijo...


El mismo aparato que protegió a las gestiones anteriores mientras #River era devastado hoy te dice quienes son los candidatos con chances

Kevin Costner