Después del rotundo fracaso que significó la eliminación de la Copa Argentina en manos de un equipo dos divisiones inferiores como Estudiantes de Buenos Aires, Ramón tenía la posibilidad de que sus jugadores reivindiquen el error cometido con un triunfo antes del superclásico boca vs River Plate.
En el primer tiempo, River Plate fue electrizante. Llegaba sin problemas con mucho peligro al arco rival. Lo tenía encajonado y a un gol del knock-out. Tres tiros de esquina consecutivos, un tiro en el palo de Mercado y llegadas cruzadas mostraban un River que, sin Ponzio en cancha, floreaba su juego. Pero no convertía y, como el gol no llegaba, comenzaba a mostrar que en el fondo sigue siendo muy frágil. Un Quilmes a la expectativa tuvo varios contraataques y en una oportunidad si no fuese por Barovero, la historia de Catamarca se volvía a repetir. En el final, Quilmes nivelaba el partido y era un ida y vuelta.
Balanta |
Con un gran envión al inicio del segundo tiempo, a los 9 minutos, Éder Álvarez Balanta metía un cabezazo impresionante para hacer delirar al Monumental. Y los hinchas comenzaron a jugar su propio partido, ese partido especial que siempre es el previo al superclásico, sea cual sea el rival. Mientras River se desinflaba y Quilmes, más por necesidad que por virtud, comenzaba a atacar, los hinchas alentábamos por adelantado. Porque sólo 4.500 podrán estar en la cancha de boca, por esos caprichos macristas que arruinaron una fiesta que no mató jamás a nadie. Los cánticos eran todos contra ellos. Los hinchas festejábamos el triunfo parcial como un partido aparte pero el equipo se encargaba de no concretar lo poco que tenía.
Y, como dice el dicho popular, los goles que no se convierten, se sufren en arco propio. A los 43', Cauteruccio, después de una gran jugada en donde toda la defensa de River quedó fuera de lugar, clavó un zapatazo que hizo estallar en furia al Monumental al grito de "Movete River, Movete". Si, los hinchas volvían a reprobar al equipo como lo hicieron en Catamarca. La bronca de Ramón era visible desde las tribunas.
River salió a llevarse por delante a un Quilmes que estaba más que conforme con un punto que en los papeles sonaba imposible. Y tuvo el triunfo en los pies de un Funes Mori que hizo todo bien hasta que tuvo que empujarla. Con el arquero desparramado en el piso era cuestión de ubicarla donde no estaba el último de Quilmes. Pero no, Funes Mori reeditó aquella jugada de 2010 en la cancha de boca donde hizo todo bien hasta el momento donde tuvo que definir.
Ramón se fue con bronca pero sigue diciendo que el campeonato está abierto. A juzgar por los 25 puntos que restan jugarse y la paupérrima cosecha de los últimos partidos de River, hay que darle la derecha. Sin embargo, si estos errores no se los admitíamos a los entrenadores anteriores, hay que ser justos y decir que de local es inadmisible empatar así. Esté quien esté en el banco de suplentes.
Ahora sí, como dice la canción "El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar!!!".
2 comentarios :
BASTA DE FUNES MUERTO!
BASTA DE FUNES MUERTO!
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