Amanecer a los pies del Monumental (o como canjear una entrada para el Superclasico)

Hoy fue uno de esos días del año en el que el despertador es innecesario porque el hincha casi no duerme de los nervios. Nos levantamos tempranísimo para llegar volando al Monumental y a las 5am ya estábamos ahí. No había amanecido y la fila ya llegaba a la puerta del Club Hípico Argentino. Un solo patrullero, poquisimas vallas para cuidar la fila de los vivos de siempre y un murmullo insesante por lo bajo. El socio estaba expectante, las anécdotas fluían sin cesar pero por sobre todas las cosas, el sentimiento estaba intacto.

Cuando ya el sol iluminaba las tribunas comenzó el movimiento. El patrullero se situó en el corralito que había armado el club, los empleados de seguridad en sus posiciones y comenzó el canje, puntual a las 6am tal como se había anunciado. Y como se preveía hubo alguna que otra discusión con los vivos de siempre pero no pasó a mayores.

Un patriota el encuestador que ya a las 6am estaba con su block haciendo preguntas si tenemos en cuenta que la campaña política se hizo presente pero recién a las 6.20am cuando los "Dueños" que siguen a Mariano Mera Figueroa comenzaron a regalar calcomanías y gorros de lana. Para ese entonces, nosotros estábamos a punto de conseguir el bien más preciado: nuestro ticket. Llegamos a boletería, chequearon nuestras cuotas al día y pedimos nuestras ubicaciones habituales.

Emprendimos la vuelta con la sonrisa que abre la ilusión, esa que nunca se pierde aunque el equipo tenga sólo seis puntos y sea el epílogo de una administración desastrosa pero que hoy le salieron las cosas bien -hasta el momento-. Sabemos que muchos hinchas de las filiales y agrupaciones ya tienen reservado su ticket de canje con lo cual puede haber problemas porque no estarán todas las localidades a disposición, pero al menos se respetó al hincha que sacrificó su noche en búsqueda de su derecho a estar el domingo.

Y mientras nos íbamos felices la fila llegaba casi a Monroe y tenía ya un grosor de 5 personas, la campaña ya asomaba con Santilli y Caselli armando sombrillas y repartiendo volantes. Lástima que no repartieron medialunas con café. Quizás les hubiera sumado algún voto.

Llegamos a nuestros hogares, tomamos diferentes rumbos, algunos al trabajo, otros a la cama, pero todos con la esperanza intacta. Nosotros por River sacrificamos una noche pero esperamos que los jugadores dejen todo porque como dice la canción "El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar".