Ayer en Nuñez sucedio algo fuera de lo comun. Despues de la novela -o el suicidio politico aguilarista- de Ortega, los dirigentes no tuvieron otra alternativa que mostrar a los flamantes refuerzos. El problema era que ni en el banco de suplentes iban a estar.
El gesto politico llego igual. Fueron presentados antes de jugar el partido. Ovaciones para ambos (durante el partido la hinchada saludo a Fabbiani) seguramente le robaron una sonrisa a la Mesa de Futbol del primer piso.
El problema es que duro poco. Luego de la ovacion a Fabbiani el estadio entero estallo en un "Orrrrrrrrrtegaaaaaaaaaaaaa, Orrrrrrrrrtegaaaaaaaaaaaaa".
Todo un gesto politico.
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