Con lo que hay que poner

Jugamos la parada más difícil. Y se nos complicó.

En el primer tiempo dos errores de Ponzio nos dejaron con 10 y comenzó el examen más difícil. Había que ganar, sí o sí , y teníamos desventaja. En el juego no se lucía un River que era un poquito más. El partido se embarró y nos fuimos al entretiempo con un sabor a poco preocupados pero esperanzados. Teníamos 15 minutos para replantearlo y salir a ganarlo.

Y así fue. El Cholo les trasmitió a los jugadores que ahora era el momento de empezar a borrar el partido con San Lorenzo. De visitante, con un hombre menos y jugando poco había que demostrar hombría, valor y coraje.

River le puso el toque de inteligencia de la mano de un Ortega que camina la cancha pero cuando encuentra ese espacio que nadie ve hace genialidades. Esas que pagan la entrada con un sólo toque. Villagra, que cada día rinde más, hizo pasar de largo al arquero y facturó. Después el chileno, ante la desesperación de la defensa de Colón con un Ríos incontrolable, sacó el revólver y de un balazo los dejó knock out.

Ahí debería haber terminado el pleito. Pero a River se le complica siempre, y también se la complican. El lineman no vió un offside clarísimo que termina en el corner que antecede al gol. Y Colón hizo lo que debía, fue a buscar el 2-2. Pero River defendió con huevos un resultado que lo dejaba tranquilo. Después los jugadores sabrían que estábamos punteros solos.

Quedan dos fechas, seis puntos, y un campeonato por delante. Para seguir demostrando que en River también se gana con huevos hay que ganar los dos partidos y volver a festejar.

Hoy más que nunca que la hinchada devuelva el color a la Sívori alta y la familia vuelva al Monumental. Y los jugadores demuestren que también por la camiseta se deja todo.