Como cada inicio de campeonato en El Más Grande es una ilusión ver rodar la pelota por primera vez. Cuánto nos hicieron esperar ese momento!
El hincha sorteó todo tipo de impedimentos y llegó al Nuevo Gasómetro con la ilusión intacta. Esa misma que nos inspira ver a Ortega de titular. Por suerte las tribunas estuvieron tranquilas pero alentando sin parar. A pesar del diario que muestra un "hueco" en medio de la popular les cuento que eso es mentira. La gente fue agolpándose como siempre. Todos sabemos que cada uno tiene su lugar en la tribuna. Algunos vamos de costado, otros arriba y otros contra el alambrado pero nadie que no sea de la barra ocupa el centro. Ese es "su" lugar. El lugar donde se inician los cantos y donde nunca paran. Esa es la exigencia que implica ir al centro y no todos están dispuestos a cumplirla. Es así que a medida que todos llegamos estábamos ahí con ese "hueco" reservado para los más bulliciosos. Y faltando unos minutos se completó. La popular estuvo, como siempre, llena.
Del partido qué podemos decir? Un primer tiempo para el olvido, un segundo tiempo para la ilusión.
Jugamos contra Ramón, que es el campeón. No lo olviden. Es el mismo que conoce nuestro River a la perfección y el mejor preparado para enfrentarlo (lamentablemente). Y pudimos revertir un primer tiempo desastroso en el segundo de la mano de Ortega. Ese mismo que dio un curso intensivo de cómo patear un penal a sangre fría. Y a festejar!
Pero no perdamos nuestro espíritu: River no festeja empates. Hay que mejorar mucho y empezar a sumar de a tres.
Este hincha está contento y no sólo festeja el gol del burrito. Festejo y levanto mi copa por él. Sabemos que está en una gran lucha y ayer tuvo una linda alegría. Cuando metió el penal todos quisimos bajar de la tribuna para ir a abrazarlo. Porque se lo merece. Está ganando su desafío y nos sigue dando alegrías.
De su mano ayer se inició un camino y el burrito nos pidió que nos ilusionemos.
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